Nicolás Mattiauda, senador por Gualeguaychú, presentó un proyecto de Ley por el cual plantea reducciones y hasta exenciones en los pagos del Impuesto Inmobiliario Provincial para aquellos productores agropecuarios que realicen tareas de aterrazamiento en sus campos.
En este sentido, se llevó adelante un nuevo encuentro de la Comisión de Presupuesto y Hacienda que contó con la presencia de lo senadores integrantes de la misma y al cual acudieron Federico Giusti, director de Agricultura y Apicultura; Fernando Arbitelli, coordinador de la Secretaría de la Producción; Jorge Otegui, director adjunto de ATER, y Carlos Duhalde, director de Catastro. Allí se abordó lo referido a la implementación de estas tareas en los campos entrerrianos, donde la iniciativa se propone eliminar el artículo 32 de la ley 10.183 para volver al sistema se Terrazas previsto originalmente con la ley 8.318.
Luego de un rico intercambio, hubo coincidencias en varios aspectos y aunque quedó para seguir discutiendo el tema del porcentaje de exención y la gradualidad del mismo, se fijó para el 25 de julio un nuevo encuentro con la presencia de integrantes de Producción y ATER.
Mattiauda explicó respecto de los alcances del proyecto que “como productores agropecuarios vimos la necesidad de exención impositiva en predios con sistematización de terrazas y vemos con preocupación que los productores no pueden acceder a financiación para las terrazas, lo que genera perjuicio económico y social”.
El legislador del sur entrerriano explicó que “el uso de terrazas aumenta la infiltración del agua en el suelo para que pueda ser utilizada por los cultivos; disminuye el volumen de escurrimiento; desaloja el agua superficial excedente a velocidades no erosivas; reduce el contenido de sedimentos en las aguas de escorrentía y acondiciona los terrenos para las labores agrícolas”, al tiempo que resumió: “la propuesta propone distintos porcentuales de descuento según los años consecutivos de realizar la tarea, premiando a los que persistan en el tiempo”.
Como concepto básico, una terraza es la sistematización de curvas de nivel previamente calculadas, que tienen como finalidad principal, cortar la pendiente de una extensión de campo, captar las precipitaciones que caen en dicha extensión y concentrar dicha agua, para luego dirigirla en forma lenta y ordenada a través de canales de recolección a la zona más baja del campo y depositar el volumen de agua excedente, que por condiciones naturales no puede infiltrar en los suelos, en cañadas y arroyos.
“El agua de lluvia, con el solo efecto de moverse más lento por sobre la superficie, favorece la infiltración propia del suelo, de esa manera va acumulando más agua en el perfil quedando disponible para los cultivos y de este modo se ve incrementado el rendimiento de los mismos. Al evitar la velocidad erosiva, se evita la formación de surcos y cárcavas, que son pérdidas muy importantes en tonelaje de suelo, que no se puede recuperar, porque muchas veces el destino final del material erosionado son los lechos de los arroyos”, remarcó.
Para Mattiauda “la mejor forma de cuidar un suelo no es tapando constantemente los surcos o cárcavas que se van formando sino evitar la formación de las mismas. Construyendo terrazas no solo se protege el suelo, sino que aumenta paulatinamente la producción de los cultivos”.
Por último, aseguró que “la legislación vigente desmotiva a que los productores realicen el aterrazamiento, debido a que los trámites que deben realizar con el fin de solicitar la exención impositiva son demasiado engorrosos, sumamente burocráticos, por eso es que impulsamos esta iniciativa que traerá beneficios al medio ambiente, permitirá mayor producción y eso a su vez conlleva mejor recaudación tributaria para el Estado provincial”, finalizó.