Una obra de desagüe quedó sin concluir, no hay iluminación en las noches y esto pone en riesgo a transeúntes del lugar. Los vecinos piden soluciones.
Las copiosas precipitaciones registradas en Concepción del Uruguay afectaron a los vecinos de numerosos barrios, entre ellos a los de Villa Sol. De acuerdo a lo expuesto, el agua caída se acumuló de tal manera en ese sector -asentado sobre un terreno muy bajo de la ciudad, en la zona lindera a la cancha del Club Engranaje-, que anegó las calles y hasta algunas viviendas.
“Vivimos otra pesadilla”, admitieron los damnificados que esperaban que el entubado pudiera solucionar una problemática de vieja data y acentuada con el establecimiento de nuevos complejos habitacionales en los alrededores.
Es que, según las voces escuchadas, la obra, cercana a los 2 años, “aún no se ha terminado” y preocupa que “pueda quedar inconclusa, máxime cuando se abrió un profundo orificio en la intersección de Estrada y 20 del Oeste Norte. Esa abertura, sobre la que convergió un importante volumen de agua acumulada de las lluvias, desde las vías del ferrocarril y los sectores más elevados, representa hoy un elemento que intranquiliza a las familias por el riesgo de que puedan caerse tanto niños como jóvenes y adultos, sobre todo los que no son del lugar y por la noche, ya que “el alumbrado público es escaso”.
“Díficil de salir”
“La vez pasada me metí porque se habían caído unos elementos en su interior y me fue verdaderamente difícil salir de allí”, admitió un frentista para dar cuenta de otra preocupación como es la de los residuos arrojados por personas que llegan desde distintos barrios, hecho ése que hace que impide el escurrimiento.
Otros pozos también quedaron a cielo abierto. Se trata del que está en Posadas y 20 del Oeste Norte y del situado en la esquina del ex Fapu y la 21, constituyéndose todos en “potenciales riesgos”. “Nos dijeron que iban a venir a arreglar, pero no lo hicieron. Por eso estamos cansados y, si no nos escuchan, estamos dispuestos a tomar medidas más drásticas”, afirmaron desde el barrio.
“Vivimos otra pesadilla”, admitieron los damnificados que esperaban que el entubado pudiera solucionar una problemática de vieja data y acentuada con el establecimiento de nuevos complejos habitacionales en los alrededores.
Es que, según las voces escuchadas, la obra, cercana a los 2 años, “aún no se ha terminado” y preocupa que “pueda quedar inconclusa, máxime cuando se abrió un profundo orificio en la intersección de Estrada y 20 del Oeste Norte. Esa abertura, sobre la que convergió un importante volumen de agua acumulada de las lluvias, desde las vías del ferrocarril y los sectores más elevados, representa hoy un elemento que intranquiliza a las familias por el riesgo de que puedan caerse tanto niños como jóvenes y adultos, sobre todo los que no son del lugar y por la noche, ya que “el alumbrado público es escaso”.
“Díficil de salir”
“La vez pasada me metí porque se habían caído unos elementos en su interior y me fue verdaderamente difícil salir de allí”, admitió un frentista para dar cuenta de otra preocupación como es la de los residuos arrojados por personas que llegan desde distintos barrios, hecho ése que hace que impide el escurrimiento.
Otros pozos también quedaron a cielo abierto. Se trata del que está en Posadas y 20 del Oeste Norte y del situado en la esquina del ex Fapu y la 21, constituyéndose todos en “potenciales riesgos”. “Nos dijeron que iban a venir a arreglar, pero no lo hicieron. Por eso estamos cansados y, si no nos escuchan, estamos dispuestos a tomar medidas más drásticas”, afirmaron desde el barrio.
Fuente // la calle
