Déficit cero, tarifas actualizadas sólo por inflación y suba real del gasto social son algunos de los ejes de la ley. Frigerio había adelantado un dólar a $ 42 y una inflación del 23% para 2019.
Déficit cero, tarifas sólo actualizadas por inflación y aumento real del gasto social. Aunque recién a última hora de la tarde de este domingo, desde el oficialismo se encargaron de adelantar estos ejes del Presupuesto que se suman a las metas macroeconómicas para 2019 que adelantó Nicolás Dujovne hace dos semanas, cuando este lunes -a las 12.30- el ministro ingrese en el salón Delia Parodi de la Cámara de Diputados el contenido de la mayor parte del proyecto será una incógnita para el grueso de los legisladores, incluso del propio interbloque de Cambiemos.
Sucede que el Gobierno finalmente decidió no enviar el texto el viernes, como prometían encumbrados funcionarios y, bajo el argumento de que el 15 de septiembre se trató de un día no hábil, se justificó por no cumplir con la fecha máxima que establece la Constitución Nacional.
Tanto recelo se explica en la necesidad del oficialismo de cuidar la negociación con la oposición para aprobar el proyecto, clave para dar una señal política a los mercados y al Fondo Monetario Internacional, con el que se sigue negociando un acuerdo para asegurar el adelanto a 2019 de todos los fondos inicialmente previstos hasta 2021.
Igual, en la redacción del proyecto se trabajó durante el fin de semana y hasta espadas de peso de Cambiemos en Diputados desconocían este domingo su contenido. Recién a última hora de la tarde, el Gobierno difundió cuatro ejes sobre los que girará la exposición de Dujovne: el ministro resaltará que, por primera vez tras diez años consecutivos de déficit fiscal, se presenta un «Presupuesto en equilibrio».
También, que estará «focalizado en los sectores más vulnerables». «La inversión social aumentará 32% y la seguridad social 35%», detalló un informe que circularon desde el oficialismo. En un Presupuesto que contempla un fuerte ajuste, de 400 mil millones de pesos, de los cuales $100 mil millones deben absorber las provincias, el Gobierno garantizará que «los aumentos en las tarifas de los servicios públicos no crecerán por encima de la inflación».
En la reunión que mantuvo con gobernadores la semana pasada en el CFI, el ministro del Interior Rogelio Frigerio adelantó que la inflación que estimaba el Ejecutivo para 2019 era del 23%.
En aquella cumbre, Frigerio también había hablado de «crecimiento cero y un dólar a $42» a fin de 2019. Hay mandatarios que desconfían de esos números, ya que implicarían una súbita desaceleración de la inflación y un tipo de cambio con una variación menor al 4% en casi 14 meses, luego de que el viernes cerrara en $ 40,51.
Fuentes oficiales confiaron que los números que expondrá Dujovne “son muy parecidos” a los que brindó Frigerio y a los que detalló el propio Dujovne el 3 de septiembre. «Pero puede haber alguna sorpresita», advirtieron.
En el Gobierno, como publicó Clarín, son muy «optimistas» en tener los votos para aprobarlo. Desde la oposición también confían en ser mayoría. Y es ahí donde se tejen especulaciones de todo tipo. En la Casa Rosada confían en tener 140 votos en la Cámara baja; y hasta el propio ministro del Interior Rogelio Frigerio no dudó en fijar una fecha para su aprobación (“Esperamos tenerlo sancionado en noviembre”); mientras desde la oposición apuestan a darle un golpe en Diputados, con una sesión especial por la derogación del Fondo Sojero. Para bloquearla, el Gobierno planea dar una compensación de 3 mil millones de pesos -sólo por este año- para que los municipios terminen obras. En Hacienda ya trabajan en la elaboración de una resolución por esa cifra, que se distribuiría por índice de coparticipación.
La preocupación que muestra el oficialismo, ante la posibilidad de que la oposición consiga el quórum, reavivó dudas respecto a la vigencia de esos números que circularon en un paper por los despachos de la Casa Rosada: es que implicaría que al menos 13 de los 32 diputados no cambiemistas que supuestamente apoyan el Presupuesto también estarían dispuestos a sumarse a la propuesta motorizada por el peronismo más radicalizado. ¿Lo están? ¿El cálculo del oficialismo estuvo teñido desde su origen de demasiado optimismo? Acaso de ambos lados haya algo de cierto: la negociación está abierta y promete ser dura.