La iniciativa contó con participación tanto de directivos de entidades sociales y gremiales, como empresarios, académicos e institucionales. El ministro de Economía, Hugo Ballay, encabezó la cita, acompañado por el titular de la Bolsa de Cereales, Héctor Bolzán, el secretario de Agricultura y Ganadería Lucio Amavet; y el Director General de Desarrollo Agropecuario Sostenible de Córdoba, Santiago Dellarosa.
En ese contexto, Ballay sostuvo que “la articulación y el diálogo entre los sectores público y privado que nos pide el gobernador Gustavo Bordet genera estas consecuencias: la concreción de políticas positivas para sostener la sustentabilidad productiva. Esta propuesta cuenta con el trabajo hecho desde la secretaría de Agricultura y Ganadería pero con el aporte decidido de 30 instituciones que certifican la importancia de este plan”.
Para el ministro, “el principal beneficio es lograr la sustentabilidad. Lo más importante es el beneficio ambiental y también el comercial porque los mercados demandan calidad en este sentido”.
El experto Dellarosa consideró que “este programa será sin dudas sumamente importante para la provincia de Entre Ríos. Nos alegra poder acompañar desde la provincia de Córdoba un programa que va a visibilizar la manera de producir que tiene el productor entrerriano tranqueras adentro de los establecimientos, cuidando los recursos y la sociedad que los rodea, obviamente a su vez que pueda potenciar sus rendimientos; y poder visualizar también que producir de una manera sostenible en el tiempo y cuidando los recursos es viable. No cabe duda de que va a ser un programa sumamente exitoso, como lo es en la provincia de Córdoba, y demás está decir que cuenten con Córdoba para ser soporte, poder trabajar en conjunto y que ambas provincias puedan nutrir sus sendos programas”.
Detalles de la propuesta
Para poder evaluar a esos productores, Carlos Toledo definió, se fijaron indicadores que abarcan lo referido a la sustentabilidad de los procesos productivos, tanto en aspectos económicos como ambientales, productivos y sociales; brindándole especial importancia al compromiso que los productores tienen con el desarrollo de su territorio.
Dentro de las buenas prácticas productivas que se reconocen, en primer lugar está el manejo del suelo, especialmente la rotación de cultivos; como así también el manejo del agua y efluentes, en el caso de aquellos productores que realicen actividades pecuarias. Por otro lado, se evalúa el manejo de los fitosanitarios y manejo integrado de plagas; y, en el caso de las producciones hortícolas y frutihortícolas, cómo se llevan adelante las producciones intensivas.
En lo que respecta a las cuestiones vinculadas a la ganadería, se analiza lo relativo al manejo del rodeo, la genética y el bienestar animal. Existe un apartado que evalúa la gestión de las empresas agropecuarias: si tiene cobertura de seguros o no, el rol de la mujer en la empresa, la franja ataría de sus trabajadores, la participación tanto de estos como de la familia del productor en la empresa; y en el aspecto social de compromiso con su comunidad, si realmente tiene alguna participación con la cooperadora de la escuela de su zona, si participa o no en alguna ONG con algunas experiencias asociativas, entre otras.